El bicicarril es la nueva modalidad de ciclo
ruta a la que le apuesta el Plan de Desarrollo Territorial, POT propuesto por
la “Bogotá Humana”. Esta iniciativa pretende insertar el carril de uso exclusivo para biciusarios dentro de las calzadas adecuadas para los automóviles.
Se trata de una nueva modalidad de cicloruta,
muy popular en otras latitudes, que apunta a hacer del uso de la
bicicleta un medio de transporte alternativo que restringe el uso del
automóvil sin afectar los andenes, corredores destinados para los peatones.
Sin embargo, en la Localidad de Teusaquillo, una
medida que es tan positiva desde el punto de vista ambiental y de medios
alternativos de transporte ha generado entre los vecinos de los barrios Pablo
VI y Nicolás de Federman, a la altura de la Cr. 50, una enorme resistencia y serios
cuestionamientos en cuanto sus beneficios y verdadero impacto. Martha Triana, Edil de la Localidad de
Teusaquillo y vecina del barrio Nicilás de Federman expresa lo siguiente
respecto a este problema:
“Estoy de acuerdo con el uso de la bicicleta; lo que
no puedo aceptar como Edil, como ciudadana y como Presidenta del CTPD, Consejo
Territorial de Planeación Distrital, es
que las cosas se hagan sin contarle a la gente y que no se hagan unos procesos
de socialización, sensibilización y pedagogía con los vecinos implicados en las
áreas donde tienen lugar las obras.”
Es justamente sobre el tema de la participación que
ella justifica el concepto negativo del CTPD a la propuesta de modificación
excepcional de normas urbanísticas del POT de la “Bogotá Humana”. Martha Triana
señala que “…si la ciudadanía desconoce las propuestas y luego se implementan;
la ciudadanía no ha estado ni en el momento que debió socializarse y discutirse
y mucho menos en el momento de su implementación; luego hay un gran vacío de participación
ciudadana tanto al comienzo como al final y por eso es que en la ciudad no se
dan procesos de apropiación por parte de los ciudadanos de esos espacios donde se hace inversión de
recursos públicos…”; lo cual, concluye ella, quiere decir que estamos ante una gran crisis
de la participación ciudadana en Bogotá y en el país.
Para la Edilesa, las propuestas tienen que ser de
absoluto dominio público y que tengan un acompañamiento sistemático de la
ciudadanía. Es así, que en la fase de
socialización, la administración debe tener en cuenta lo que dice la ciudadanía
e implementar las correspondientes correcciones, si estas son pertinentes; o bien cuando no lo sean dar las explicaciones
del caso. De la misma manera en la fase de
su implementación se debe hacer un correcto proceso de información,
sensibilización y labor pedagógica que ayude a darle el uso correcto a la obra.
Es en esto en lo que consiste para la dignataria local un verdadero proceso de
planeación de ciudad.
Señala la Edilesa que en el caso del bicicarril por la
Cr.50 no se procedió en absoluto de la mencionada manera. Según ella, en la
etapa de socialización de la obra lo único que se hizo fue entregar unos
volantes y proponer una reunión con los biciusuarios pero no con los residentes
de los barrios Pablo VI y Nicolás de Federman; lo cual genero el rechazo a la
propuesta. De otra parte, en lo que respecta a la etapa de implementación no
hubo una tarea de inducción pedagógica con los residentes del área respecto a
la forma de asumir la obra; de ahí, que se haya presentado entre los residentes
de la zona una taza tan alta de accidentabilidad por causa del bicicarril.
Cr 50 con Cl 57D Incluso sin bicicarril el paso de peatones que vienen de la Cr. 30 en éste punto es una trampa mortal |