viernes, 28 de febrero de 2014

BICICCARRILES PUNTA DEL ICEBERG DE LA CRISIS DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN BOGOTÁ

El bicicarril es la nueva modalidad de ciclo ruta a la que le apuesta el Plan de Desarrollo Territorial, POT propuesto por la “Bogotá Humana”. Esta iniciativa pretende insertar  el carril  de uso exclusivo para biciusarios  dentro de las calzadas  adecuadas para los automóviles.

Se trata de una nueva modalidad de cicloruta, muy popular en otras latitudes, que apunta a hacer del  uso de la  bicicleta un medio de transporte alternativo que restringe el uso del automóvil sin afectar los andenes, corredores destinados para los peatones.
La Localidad de Teusaquillo ha sido designada como el territorio donde se desarrolla el plan piloto para su implementación; es así que ya están en funcionamiento 4,3 Km en la Cr 50, entre Av. Américas y calle 59, y se esperan construir los bicicarriles de la Cl 59 entre Cra. 50 y  Cr. 36ª,  y el de la Cr 36ª entre cl 59 y cl 63.

Sin embargo, en la Localidad de Teusaquillo, una medida que es tan positiva desde el punto de vista ambiental y de medios alternativos de transporte ha generado entre los vecinos de los barrios Pablo VI y Nicolás de Federman, a la altura de la Cr. 50,  una enorme resistencia y serios cuestionamientos en cuanto sus beneficios y verdadero impacto.  Martha Triana, Edil de la Localidad de Teusaquillo y vecina del barrio Nicilás de Federman expresa lo siguiente respecto a este problema:
“Estoy de acuerdo con el uso de la bicicleta; lo que no puedo aceptar como Edil, como ciudadana y como Presidenta del CTPD, Consejo Territorial de Planeación Distrital,  es que las cosas se hagan sin contarle a la gente y que no se hagan unos procesos de socialización, sensibilización y pedagogía con los vecinos implicados en las áreas donde tienen lugar las obras.”
Según Martha Triana, lo que manifiestan los vecinos de este sector es que hasta ahora el impacto de la obra ha sido negativo ya que no solo la implementación del bicicarril por la Cr. 50 ha generado enormes trancones, que no hacen sino contribuir a la emisión de gases y la generación de contaminación auditiva, sino que ha producido ya varios accidentes de peatones, sobre todo de adultos mayores,  cuando éstos tratan de cruzar la Cr. 50 y se golpean o enredan con los separadores que sirven de delineamiento del bicicarril; por lo demás, ella considera, que el número de bicicletas que se moviliza por esta biciruta es hasta el momento casi nulo. Para la Edilesa el origen de los cuestionamientos que se le hacen a esta obra hunden sus raíces en la falta de procesos de participación ciudadana que hay en la ciudad a la hora de  decidir, ejecutar y poner en marcha las obras públicas.

Es justamente sobre el tema de la participación que ella justifica el concepto negativo del CTPD a la propuesta de modificación excepcional de normas urbanísticas del POT de la “Bogotá Humana”. Martha Triana señala que “…si la ciudadanía desconoce las propuestas y luego se implementan; la ciudadanía no ha estado ni en el momento que debió socializarse y discutirse y mucho menos en el momento de su implementación; luego hay un gran vacío de participación ciudadana tanto al comienzo como al final y por eso es que en la ciudad no se dan procesos de apropiación por parte de los ciudadanos de  esos espacios donde se hace inversión de recursos públicos…”; lo cual, concluye ella,  quiere decir que estamos ante una gran crisis de la participación ciudadana en Bogotá y en el país.
Para la Edilesa, las propuestas tienen que ser de absoluto dominio público y que tengan un acompañamiento sistemático de la ciudadanía. Es así, que en la  fase de socialización, la administración debe tener en cuenta lo que dice la ciudadanía e implementar las correspondientes correcciones, si estas son pertinentes; o  bien cuando no lo sean dar las explicaciones del caso. De la misma manera en la fase de   su  implementación  se debe hacer un  correcto proceso de información, sensibilización y labor pedagógica que ayude a darle el uso correcto a la obra. Es en esto en lo que consiste para la dignataria local un verdadero proceso de planeación de ciudad.
Señala la Edilesa que en el caso del bicicarril por la Cr.50 no se procedió en absoluto de la mencionada manera. Según ella, en la etapa de socialización de la obra lo único que se hizo fue entregar unos volantes y proponer una reunión con los biciusuarios pero no con los residentes de los barrios Pablo VI y Nicolás de Federman; lo cual genero el rechazo a la propuesta. De otra parte, en lo que respecta a la etapa de implementación no hubo una tarea de inducción pedagógica con los residentes del área respecto a la forma de asumir la obra; de ahí, que se haya presentado entre los residentes de la zona una taza tan alta de accidentabilidad por causa del bicicarril.

Cr 50 con Cl 57D Incluso sin bicicarril el paso de peatones que
vienen de la Cr. 30 en éste punto es una trampa mortal
Como consecuencia de todo lo anterior, en la reunión que sobre el tema se hizo el pasado Domingo, 21 de febrero la Edilesa Martha Triana pidió la suspensión de las obras de los bicicarriles  faltantes en la Localidad hasta que  no  se haga un proceso adecuado de sensibilización y pedagogía que incluya tanto a los biciusuarios como a toda la comunidad  vecina a las zonas afectadas. Sería importante que en esta nueva reunión con la comunidad del sector también se invite a las autoridades de movilidad a fin de sensibilizarlos ante la imperiosa necesidad de acompañar este tipo de obras con adecuaciones complementarias,  que de por sí ya faltan en el sector, y que muchas veces con las nuevas intervenciones se hacen más urgentes. Este es el caso de la  necesidad  de demarcar debidamente  pasos peatonales  (cebras)  en ciertos puntos de la Cr. 50 en donde donde hay alto flujo de peatones y que quedan muy retirados del semáforo más próximo. Este es el caso  de la Cr. 50 con Cll. 57 D  en donde ,tal y como lo muestra la imagen, existe un importante punto de acceso al barrio Pablo VI.